EL BUROCRATISMO: UN ENGENDRO QUE PRETENDE ACABAR CON NUESTRO PROCESO

En su desespero por controlar, frenar, tergiversar y destruir el proceso de cambios que vive nuestro país, la burguesía oligárquica y apátrida con el apoyo de la burocracia corrupta y fundamentalmente de los oportunistas de izquierda enquistados en el aparato de Estado, pretenden eliminar hasta el último vestigio de la política y orientación revolucionaria.

Estos agentes de la contrarrevolución son y serán implacables y están dispuestos, y de hecho lo están haciendo, a utilizar toda forma de lucha, desde la calumnia y el fraude judicial hasta el asesinato. Y mientras llevan a cabo su acometida muchos de ellos se cobijan con el manto de la revolución socialista.

En ese sentido, nosotros los revolucionarios debemos repetir hasta el cansancio que la grandeza del marxismo consiste en darle una base científica al movimiento socialista, demostrando a partir de las propias leyes del capitalismo la necesidad de que la siguiente forma de organización social sea el socialismo, si es que la humanidad quiere progresar y no descender otra vez a la barbarie. Esto debemos acompañarlo, necesariamente con el aspecto metodológico de toma de decisiones de manera horizontal, no con escuetas encuestas de si se está de acuerdo con A o con B, sino con la discusión y aprobación de las mayorías.

Quienes deseamos el fortalecimiento de la democracia, también deseamos el fortalecimiento y no el debilitamiento del movimiento socialista, quiénes renuncian a la lucha por el socialismo, renuncian también a la movilización de la clase trabajadora y a la democracia, solo mediante el ejercicio de sus derechos democráticos, en lucha por la democracia, puede la clase trabajadora adquirir conciencia de sus intereses de clase y de su tarea histórica.

“La sed de conocimiento que demuestra la clase trabajadora es una de las manifestaciones culturales más notables de la lucha de clases contemporánea. En un sentido moral, la lucha de clase, de la clase trabajadora, es también un índice de la renovación cultural de la sociedad. Pero la participación activa de la clase trabajadora en el avance de la ciencia está sujeta al cumplimiento de condiciones sociales bien definidas. En toda sociedad de clases, la cultura intelectual (arte y ciencia) es una creación de la clase dominante; y el objetivo de esta cultura es en parte asegurar la satisfacción directa de las necesidades del proceso social y en parte satisfacer las necesidades intelectuales de la clase dominante.

La clase trabajadora se halla en situación muy distinta. En tanto que clase no poseedora, no puede crear espontáneamente en el curso de su lucha una cultura intelectual propia, a la vez que permanece en el marco de la sociedad burguesa.

Dentro de dicha sociedad, mientras existan sus bases económicas, no puede haber otra cultura que la cultura burguesa”. (Rosa Luxemburgo, Obras Escogidas, Tomo I, Pág. 175).

Lo anterior valida lo que previamente planteó el viejo Marx, quien nos ha dejado mucho más de lo que resulta directamente esencial para la realización práctica de la lucha de clases.

Pero como nuestro movimiento, como todas las empresas de la vida real, tiende a seguir las viejas rutinas del pensamiento, y a aferrarse a principios que han dejado de ser válidos; la utilización teórica del sistema marxista avanza lentamente, no solo por la cultura impuesta por los sectores dominantes del sistema capitalista sino por aquellos izquierdistas dogmáticos y oportunistas que manipulan y tergiversan sus principios básicos fundamentales.

El socialismo no es la generosidad de los ricos con los pobres sino la abolición total de las diferencias entre ricos y pobres.

En ese sentido, la palabrería “revolucionaria” de los dirigentes de “izquierda” fundamentalmente de los que ostentan cargos en la administración pública no educa en lo absoluto ya que estos no actúan en consecuencia.

El discurso de estos “revolucionarios” produce un efecto contrario, cuando las grandes mayorías ven su accionar el cual no se compagina con lo dicho, esto produce un hundimiento mucho más profundo en el mar de la representatividad hasta el punto de que nosotros mismos negamos nuestra participación, nuestro derecho a tomar las decisiones, nuestro derecho al control de la cosa pública y en definitiva nuestro derecho a decidir nuestro destino.

Por esta razón cobra más sentido la organización de la clase trabajadora y de los sectores populares, así como de las comunidades. Hacer una revolución socialista pacífica dentro del marco de dominación capitalista es sumamente difícil, por no decir una entelequia, una utopía o un absurdo imposible.

No podemos ni debemos negar los avances objetivos que se han dado en nuestro país, los cuales debemos profundizar en la medida que avancemos en la subjetividad o conciencia de clase del pueblo pobre venezolano, Sin embargo, aún sin haber realizado este avance, el pueblo pobre asumió, gracias a la movilización de miles, el rescate de un líder y el rescate de nuestra principal industria y la implementación de planes políticos, económicos, sociales y culturales que apuntan a la igualdad de todos y todas y que aún goza del apoyo de las grandes mayorías.

““Un dato subjetivo clave que indica el sentido de la marcha de la nación, es que la burguesía se queje, si se quejan es porque ya no controlan las cosas como antes””. (12 Dilemas de la Revolución Bolivariana, Pág. 75. Modesto Emilio Guerrero)

““…la historia conoce todo tipo de transformaciones; en política no es cosa seria, ni mucho menos, confiar en la convicción, en la lealtad y en otras magnificas cualidades morales. Cualidades morales magnificas las posee sólo contado número de personas, pero las que deciden el desenlace histórico son las grandes masas, las cuales, si ese pequeño número de personas no se adapta a ellas, a veces no se paran en pelillos””. (Comentario de Lenin en su informe al XI congreso, Obras Escogidas, t. XII, p. 299. Ed. Progreso, Moscú, 1977).

La burocracia enquistada en el aparato de Estado, en los partidos políticos de izquierda, en las organizaciones de la clase trabajadora y en las organizaciones populares, cuyas acciones contradicen el discurso revolucionario y socialista, va a provocar lo dicho por Lenin. Ciertamente estos burócratas no se adaptan a las masas, buscan por todos los medios que las masas se adapten a ellos, creando una falsa concepción de cómo se debe construir el socialismo y lo que este realmente es.

En ese sentido, no debemos quedarnos en el aparato, pensando que cualquier acción que tomemos son elementos que puede tomar la oposición contra el proceso, cualquier acción que tomemos será tomada por la oposición para desacreditar nuestra revolución, nuestras luchas son contra el Estado burgués, contra la burocracia, contra la dirigencia sindicalera, contra los corruptos, contra los traidores, contra los oportunistas de izquierda, inclusive contra aquellos trabajadores que se prestan para ser esquiroles contra sus hermanos de clase. Luchamos por la construcción del socialismo, por la unidad del movimiento de la clase trabajadora, por la movilización permanente exigiendo nuestras reivindicaciones salariales, de seguridad y salud en el trabajo, contra los despidos injustificados, contra el terrorismo laboral, y por el cumplimiento de la normativa legal.

Estamos por la profundización de las reformas donde estas estén bajo el control de los trabajadores y trabajadoras, así como de las empresas nacionalizadas y expropiadas.

Los llamados del comandante y sus líneas no se harán realidad si estas no son asumidas por el pueblo pobre y trabajador, esta es tarea exclusiva de nosotros y no de la dirigencia burócrata institucional.

De todo lo anterior llegamos a la irrebatible conclusión de que esta Dirigencia Burócrata ha implementado el recurso sistemático de NO DAR RESPUESTAS a ninguna de las exigencias legítimas de la clase trabajadora internas y externas y mucho menos a los reclamos de las comunidades organizadas a las cuales se deben, como una fórmula de quinta columna que juega a un chavismo sin Chávez; con el fin de desmembrar la confianza que ese pueblo pobre y trabajador tiene en un líder que encabeza el proceso de cambios iniciado hace 12 años.

Esto hace que en la práctica la gente culpe a Chávez, al considerar que todo el equipo de hombres y mujeres que resultan ineptos ante sus demandas, son designados y orientados por el líder; sin caer en cuenta que es precisamente la trampa ideológica que funciona al culpar a Chávez de los desastres que estos burócratas provocan con premeditación y alevosía para mantener a la clase trabajadora y al país entero en una desastrosa inercia que provoca incertidumbre, duda, sensación de que el proceso se derrumba y en fin, de que la revolución agoniza.

La dirigencia institucional asume el papel de jefe omnipotente que todo lo decide y que todo lo controla, implementa mecanismos de decisión donde estas no sean discutidas con los colectivos y aprobadas y ejecutadas por estos y en caso de serlo queda a discreción de las instituciones su ejecución, en general la participación de las organizaciones populares y de la clase trabajadora está supeditada a la atención o no que le presten los organismos del Estado.

Debemos tener claro que no estamos en socialismo, seguimos estando en un Estado burgués y por su esencia y naturaleza nuestros derechos seguirán siendo violentados, por lo tanto es necesaria la organización y movilización permanente como herramienta de lucha del pueblo pobre y trabajador, esta es la mejor manera de cambiar nuestra subjetividad.

Es evidente lo que hace la burocracia institucional contra nuestro líder y contra nuestro proceso revolucionario cuando no se discuten los contratos colectivos, cuando en el Ministerio del Trabajo reposan miles de amparados por despidos injustificados, cuando condenan nuestras luchas por mejoras salariales, de seguridad y salud, cuando asesinan a nuestros dirigentes sindicales, delegados de prevención, campesinos y sociales, cuando en las empresas nacionalizadas la clase trabajadora no tiene ningún tipo de participación, cuando subestiman los esfuerzos de organización de la clase trabajadora, entre otras tantas.

Ahora bien, si se trata de ganar las elecciones del 2012 bastaría con volcar todas las instituciones del Estado a dar respuesta efectiva y expedita a nuestros justos reclamos, en ese sentido, esta burocracia institucional, en el caso hipotético de que desee que el comandante siga en el poder es esto lo que debería hacer. Pero la cosa no es tan sencilla ya que no solo se trata de dar respuesta, de lo que se trata es de avanzar en la organización y movilización permanente de la clase trabajadora y del pueblo pobre para que asuman el control, pero esto es un arma de doble filo para la burocracia institucional a la cual le aterroriza que esto suceda.

En ese sentido no debemos caer en el juego de que la movilización por nuestras reivindicaciones es una herramienta para la oposición, cualquier cosa que hagamos es una herramienta para la oposición, estos usarán cualquiera de nuestras acciones para decir que es culpa de Chávez y lamentablemente muchos de nuestros camaradas creen que así es, pero lo peor es que estos camaradas que creen esto, en la mayoría de los casos son charleros del marxismo y no activistas estructurados además de tener métodos que son nefastos para la organización de la clase trabajadora, muchos de ellos son de principios débiles y fácilmente se suman a la burocracia institucional, siguiéndoles el juego y tratando de mantener la calma en los colectivos, criticando a las organizaciones de la clase trabajadora sin participar en ella.

Es imprescindible que la clase trabajadora asuma su organización, unidad y movilización permanente y de esta manera dirija el proceso revolucionario y de construcción del socialismo profundizando las reformas, luchando por mejoras económicas pero combinando esto con el salto cualitativo de asumir conciencia de clase y pasar a la conquista del poder político.

La movilización permanente es una herramienta estrictamente necesaria en un proceso revolucionario socialista, es la mejor manera de reventar a la burocracia, esquiroles, oportunistas, oposición y al mismo capitalismo, esto nos educará y aumentará nuestra moral dándonos la fortaleza de enfrentar a cualquiera que quiera atentar contra nuestra revolución y contra la construcción de nuestro socialismo.

TURKI AL MAAZ

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