Técnicos con una visión más humana una necesidad imperiosa en la defensa de la salud, la seguridad y el medio ambiente laboral:
Por:
Ronald Marrero.
Recientemente
llegó
a
nosotros
un
artículo
sobre
los
riesgos
laborales
para
los
trabajadores
de
más
de
55
años,
dicho artículo se realizó ante
la necesidad que genera una crisis
económica
global, donde personas en edad de retiro y jubilados, de países
europeos, de los Estados Unidos de América y Canadá, se ven
obligados a buscar trabajo, para poder subsistir en el día a día.
Al
ver las líneas de el artículo nos encontramos con el desarrollo de
una investigación puramente positivista, donde los trabajadores que
sirvieron para el estudio, con edades comprendidas entre los 50 y los
68 años eran tratados de una manera “objetiva” por parte de las
personas que realizaban los estudios sobre la problemática de las
personas en edad de retiro, obligadas a trabajar por la situación
social que se vive en sus países de origen.
Ahora
bien,
cuando
vemos
estos
tipos
de
estudios,
vemos
que
sólo
se
toman
en
cuenta
para
los
mismos
los
factores
físicos
de
los
trabajadores
sujetos
de
estudio,
es
decir,
se
les
saca
la
sangre,
se
les
piden
muestras
de
orina,
se
les
toma
el
tiempo
en
el
trabajo
y
se
estudian
los
índices
de
efectividad
en
las
labores
asignadas
y
se
hacen
mediciones
generales
de
rendimiento,
llegándose
a
la
conclusión
de
que
efectivamente
estos
hombres
y
mujeres
con
más
de
40
años
de
servicio,
pueden
seguir
ejerciendo
su
tarea
por
más
tiempo
y
ser
realmente
rentables.
Si
se
ven
los
parámetros
del
estudio
comentado
en
el
párrafo
anterior
a
groso
modo,
nos
daremos
cuenta
que
realmente
se
está
cosificando
a
los
seres
humanos,
está
visión
tecnocrática
basada
en
los
postulados
positivistas,
sólo
estudia
las
consecuencias
y
analiza
los
factores
de
riesgo,
desde
fuera,
sin
tomar
en
cuenta
al
trabajador
o
trabajadora,
ya
que
sólo
son
un
objeto
de
estudio
y
según
el
paradigma
positivista
que
se
usa
para
este
tipo
de
investigaciones,
esa
es
la
forma
de
hacer
las
cosas
y
además
el
estudio
en
estos
términos
tiene
rigor
científico.
La
realidad
es
que
con
este
tipo
de
posturas
y
estudios
sólo
se
justifica
de
manera
científica,
que
las
personas
mayores
pueden
trabajar
y
se
le
da
un
visto
bueno
a
los
empleadores
y
gobiernos
para
justificar
sus
políticas
de
explotación
dentro
de
un
sistema
económico
en
crisis,
que
está
a
punto
de
hacer
explosión
dado
los
enormes
índices
de
pobreza
y
la
enorme
afectación
social
que
dejan
las
políticas
implementadas
por
los
gobiernos
y
respaldadas
por
los
tecnócratas
del
Fondo
Monetario
Internacional
y
el
Banco
Mundial.
Es
así
como
justifican
que
los
adultos
mayores
pueden
seguir
laborando
y
de
hecho
vemos
países
como
EEUU,
donde
hay
personas
de
más
de
70
años
trabajando
o
buscando
trabajo
para
poder
subsistir
ante
la
crisis
social
y
económica
que
atraviesa
esa
potencia
armamentista
y
tecnológica.
Colocamos
a
continuación
parte
de
un
artículo
que
habla
sobre
el
tema.
The
Wall
Street
Journal.
A
los
72
años,
Mary
Appleby
era
cajera
en
una
cafetería
de
Akron
en
Ohio.
Despedida
en
enero,
busca
un
nuevo
trabajo.
Como
Mary
Bennet,
de
80
años,
que
busca
un
empleo
en
la
restauración
rápida,
y
Fred
Base,
de
81
años.
Sus
historias
las
cuenta
“The
Wall
Street
Journal”,
que
ha
indagado
sobre
la
situación
de
las
decenas
de
miles
de
personas
mayores
obligadas
a
continuar
trabajando
para
vivir,
en
plena
crisis
económica,
ahogadas
por
los
préstamos
bancarios
y
los
gastos
sanitarios.
El
número
de
personas
mayores
de
75
en
el
paro,
ha
aumentado
en
73.000
en
enero,
o
sea
una
subida
del
46%
en
relación
al
año
anterior,
apunta
el
periódico
norteamericano,
precisando
que
este
aumento
refleja
especialmente
el
del
número
de
trabajadores
más
mayores.
(Estados
Unidos:
con
la
crisis,
el
paro
estalla…
entre
los
mayores
de
65
años.
http://www.humanite-en-espanol.com/spip.php?article174)
Siendo
esto
así
de
que
sirve
que
técnicos
europeos,
canadienses
y
estadounidenses,
justifiquen
con
un
estudio
que
las
personas
mayores
pueden
trabajar,
cuando
realmente
nadie
les
da
trabajo
y
más
aún,
cuando
estas
personas
que
ya
llevan
más
de
40
años
de
trabajo
activo,
lo
que
deberían
es
poder
tener
acceso
a
una
jubilación
y
a
políticas
sociales
que
les
garanticen
un
mínimo
de
calidad
de
vida
y
un
retiro
digno
para
disfrutar
sus
últimos
años
en
condiciones
realmente
humanas.
Sin
embargo
se
ven
en
la
necesidad
de
buscar
el
pan
de
cada
día
y
más
aún
con
una
justificación
técnica
y
la
anuencia
de
los
gobiernos
capitalistas.
También
hay
otras
posiciones
de
los
tecnócratas
que
atacan
las
conquistas
laborales
como
consecuencia
de
la
crisis
económica,
así
vemos
con
estupor
como
se
bajan
los
salarios
en
Europa,
como
en
España
sale
un
artículo
con
la
reforma
laboral
del
gobierno
del
Partido
Popular,
donde
un
trabajador
puede
ser
despedido
estando
de
reposo
médico
y
como
el
gobierno
de
Francia
deroga
el
artículo
que
definía
el
delito
de
Acoso
Sexual,
del
código
penal
de
ese
país,
entre
tantos
otros.
En
el
caso
francés
vemos
como
se
retrocede
en
una
conquista
que
le
daba
derechos
y
protección
a
las
mujeres
de
esa
nación
en
su
lugar
de
trabajo
bajo
argumentos
sumamente
simples
que
no
justifican
la
pérdida
de
este
derecho
adquirido
por
las
mujeres
trabajadoras
francesas
a
través
de
años
lucha.
A
continuación colocamos fragmentos del artículo al que nos referimos
en el párrafo anterior:
Todos
los
procesos
que
se
están
desarrollando
en
Francia
en
este
momento
por
acoso
sexual
en
el
trabajo
se
quedaron
el
pasado
4
de
mayo
sin
base
jurídica
al
derogarse
el
artículo
222-33
del
código
penal
que
definía
el
acoso
sexual.
El
artículo
ha
sido
derogado
por
el
Consejo
Constitucional
Francés
al
considerar
que
el
delito
estaba
definido
con
poca
claridad.
La
consulta de constitucionalidad la plantea al Consejo Constitucional
Frances CCF, Gérard Ducray, ex secretario de Estado de Turismo y
diputado de Rhône, condenado en 2011 por acoso sexual a tres
funcionarias de su departamento. La argumentación del Consejo
Constitucional es que el delito no está descrito con suficiente
claridad al afirmar que se considera acoso sexual al "el hecho
de acosar a una persona usando órdenes o amenazas con el objetivo de
conseguir favores de naturaleza sexual, abusando de la categoría que
le confieren sus funciones”.
La
Asociación
Europea
contra
la
Violencia
que
sufren
las
mujeres
en
el
trabajo
(AVFT)
ha
escrito
una
carta
al
nuevo
presidente
de
la
República,
François
Hollande,
para
expresar
su
indignación
ante
este
retroceso.
La
AVFT
lleva
más
de
diez
años
intentando
que
se
reforme
dicho
articulado
que
en
su
opinión
es
contradictorio
y
victimiza
más
a
las
mujeres
pero
nunca
ha
recibido
respuesta
a
las
distintas
propuestas
de
mejora
presentadas.
Sin
embargo,
ahora,
a
propuesta
de
un
hombre
condenado
por
acoso,
el
consejo
constitucional
ha
derogado
el
artículo:
"Se
trata
de
un
enorme
signo
de
desprecio
y
de
hostilidad
de
los
poderes
públicos
hacia
las
mujeres"
afirma
la
delegada
general
de
AVFT,
Marilyn
Baldeck.
(Francia
deroga
el
artículo
del
código
penal
que
definía
el
delito
de
acoso
sexual
en
el
trabajo.
Instituto
Sindical
de
Trabajo,
Ambiente
y
Salud.
http://www.istas.net/web/abretexto.asp?idtexto=3724)
Si
nos
damos
cuenta,
todas
estas
visiones
vienen
con
el
apoyo
de
técnicos
que
tienen
una
visión
primeramente
positivista
en
la
manera
de
ver
y
entender
la
vida,
sumado
a
la
defensa
de
un
sistema
político,
económico
y
de
valores,
que
está
en
una
crisis
tremenda
y
que
lamentablemente
seguirá
en
píe
por
mucho
tiempo
más, con lo cual se
seguirá
afectando
de
manera
permanente
las
condiciones
y
el
medio
ambiente
de
trabajo
de
manera
negativa
para
la
mayoría
de
la
población.
Pero
hay
posibilidades
de
cambio
real
que
se
vienen
generando
en
todos
los
ámbitos
de
acción
del
planeta,
y
eso
se
basa
en
una
postura
diferente
de
ver
la
vida,
en
otra
mirada,
que
abarca
desde
los
estudios
científicos,
hasta
las
reformas
de
los
sistemas
políticos
y
de
valores.
Siendo
esto
justamente
lo
que
necesitamos
para
poder
avanzar
a
un
mundo
más
humano
y
más
incluyente,
ya
que
dentro
del
sistema
capitalista
y
su
crisis
sistémica,
va
a
ser
más
que
difícil
que
las
situaciones
mejoren
para
las
grandes
mayorías
de
las
personas.
En
lo
referente
a
los
aspectos
técnicos
que
es
lo
que
nos
interesa
en
este
artículo,
debemos
entender
que
hay
diferentes
formas
de
ver
las
problemáticas
sociales
desde
una
mirada
científica
y
que
la
visión
positivista
no
es
la
única,
ni
mucho
menos
la
más
adecuada
para
tratar
el
estudio
de
los
problemas
sociales.
De
hecho
las
sociedades
están
construidas
y
habitadas
por
sujetos,
entonces,
es
imposible
que
dejemos
a
los
sujetos
por
fuera
del
estudio
de
las
realidades
y
de
sus
soluciones,
ya
que
al
hacerlo
cosificamos
al
ser
humano
y
tomamos
posturas
tan
erróneas
como
la
neoliberal,
cuando
dice
que
el
mercado
lo
arregla
todo.
Preguntemos
entonces
al
pueblo
griego,
italiano
y
español,
si
el
mercado
está
arreglando
sus
vidas.
De
hecho
sabemos
que
no
es
así,
sin
embargo
los
tecnócratas
del
capital
siguen
diciendo
que
es
así,
y
que
son
sus
recetas
las
que
se
necesitan
para
salvar
al
mercado
y
a
la
economía,
y
a
lo
mejor
es
así,
pero
en
su
verdad
y
en
su
forma
de
ver
el
mundo. Ahora bien a estos
tecnócratas en su recetario,
se
les
olvidó
tomar
en
cuenta
a
los
pueblos involucrados
en
sus
fórmulas y
las
afectaciones
que
sus
políticas
y
recomendaciones
tienen
sobre
esas poblaciones,
llevando
esto
a
la
tremenda
crisis
que
hay
a
nivel
planetario
y
que
se
refleja
cada día más
en
los
países
desarrollados
de
manera
patente.
Si pensamos un
momento, en la posibilidad de que estos técnicos del capital
hubiesen tomado en cuenta a los pueblos antes que a los mercados en
la toma de decisiones, podríamos pensar que las políticas
impulsadas por ellos serían otras, y que por lo menos en lo
concerniente a lo social, se vería mitigada la enorme crisis social
que atraviesan esos países, dada las recetas de los tecnócratas.
Lo
mismo
ocurre
en
el
caso
de
los
técnicos
que
laboran
en
el
área
de
la
salud,
la
seguridad
y
el
medio
ambiente
laboral,
vemos
como
cotidianamente
la
mayoría
de
ellos
en
el
trabajo
que
realizan
a
diario
atacan
las
consecuencias
de
los
accidentes
y
de
las
enfermedades
laborales,
pero
no
toman
en
cuenta
las
causas
más
allá
de
lo
técnico
y
tampoco
a
los
trabajadores
y
trabajadoras
involucrados
en
el
hecho.
Sin
embargo,
es
imposible
atacar
la
problemática
de
la
salud
y
la
seguridad
en
el
trabajo,
sin
la
participación
activa
de
los
trabajadores
y
sin
ver
y
conocer
las
necesidades
de
los
mismos,
ya
que
todo
el
esfuerzo
que
se
tome
en
este
sentido
sin
tomar
en
cuenta
a
los
trabajadores
y
trabajadoras,
está
condenado
irremediablemente
al
fracaso.
No basta con un
manual de normas técnicas, ni con ver desde un escritorio una
situación de riesgo y atacar la misma desde el punto de vista
técnico universitario, ya que las posibles soluciones serán
irrelevantes si no se toma en cuenta la participación de los
trabajadores.
En
diferentes
ocasiones
en
el
campo
de
trabajo,
nos
hemos
encontrado
con
la situación comentada en el
párrafo anterior muchas veces,
en
diferentes
momentos
hemos
visto
procesos
como
éste;
un
técnico
ve
un
posible
riesgo
y
coloca
una
pieza
con
la
intención
de
proteger
las
manos
de
un
trabajador
que
labora
en
una
máquina
cortadora,
pero
la
realidad
es
que
esa
pieza
diseñada
sin
tomar
en
cuenta
al
trabajador
no
cumple
con
las
condiciones
reales
de
trabajo
del
operador
de
la
máquina,
logrando
el
retraso
en
las
labores
y
el
malestar
del
trabajador
dada
la
incomodidad
que
le
provoca
la
colocación
de
la
pieza,
y
hemos
visto
como
posteriormente
en
una
reunión
organizada
por
los
supervisores
del
área,
se
han
reunido
los
técnicos
con
los
trabajadores
implicados
en
el
proceso
de
producción
y
se
ha
rediseñado
la
pieza
y
se
han
colocado
sillas
ergonómicas
y
mejor
iluminación,
lográndose
con
esto
una
mayor
producción
y
unas
mejores
condiciones
de
trabajo
para
los
operarios.
Así,
como
este
ejemplo
sencillo
hay
muchos
más
que
han
resultado
exitosos,
tanto
en
fábricas
con
operadores,
como
en
oficinas
con
empleados,
esto
indica
la
necesidad
real
de
comunicación
que
debe
existir
entre
los
técnicos
en
el
área
de
la
salud
y
la
seguridad
en
el
trabajo
y
los
trabajadores,
sin
embargo
vemos
como
esta
comunión
se
da
con
muy
pocos
técnicos,
ya
que
la
mayoría
se
sienten
superiores
a
los
trabajadores
y
los
miran
por
encima
del
hombro,
cerrando
cualquier
tipo
de
diálogo
entre
ambos
factores.
Lo
mismo
ocurre
entre
los
técnicos
y
los
delegados
y
delegadas
de
prevención,
más
cuando
los
delegados
están
bien
preparados y conocen la ley y
poseen herramientas técnicas
y,
exigen en sus actuaciones en el
Comité de Salud y Seguridad Laboral
que
se
cumpla
con
la
ley y se les consulte todo lo
concerniente al tema de la salud y la seguridad y el medio ambiente
de trabajo, situación
que
molesta
a
muchos
técnicos
que
no
entienden
por
qué
razón
un
grupo
de
trabajadores
deben
aprobar
o
no,
su labor y sus propuestas dentro de las empresas y
en los
programas
de
salud
y
seguridad
en
el
trabajo.
Sin embargo se les
olvida a los técnicos, que son los trabajadores y trabajadoras los
que constantemente están en riesgo, que son ellos los que conocen
las máquinas, la empresa, a los supervisores y todas las situaciones
de riesgo que se generan en ella, además del hecho, de que en
realidad hay muchos trabajadores con unos conocimientos de la ley y
referentes a sus áreas de trabajo que sobrepasan los de cualquier
técnico novato y no tan novato en el área.
Es
por
esta
razón
que
necesitamos
a
elementos
técnicos
con
una
visión
más
humana,
con
unas
propuestas
basadas
en
otros
paradigmas
y
miradas,
que
hoy
en
día
superan
al
positivismo,
como
lo
son
el
construccionismo
o
la
postura
cualitativa,
entre tantas
otras,
lo
que
permitiría
tener
una
visión más
amplia
de
la
problemática
social,
que
involucre
a
todo
lo
relacionado
a
la
seguridad,
la
salud
y
el
medio
ambiente
de
trabajo.
Para nosotros como
trabajadores, es de suma importancia el poder contar con elementos
técnicos con una visión más amplia de lo social, de lo humano, de
lo cultural, de lo ecológico y de lo político, para que las
actuaciones técnicas no sean tan díscolas contra los trabajadores,
y tan dóciles y bondadosas con las posturas de las patronales.
Sólo
así,
con
un
respeto
mutuo
y
una
comunión
entre
todos
los
factores
involucrados
en
los
procesos
de
la
salud,
la
seguridad
y
el
medio
ambiente
de
trabajo,
llámense,
trabajadores,
técnicos,
empleadores
y
Estado,
es
que
cambiaremos
la
problemática
de
la
salud
y
la
seguridad laboral,
siendo esto una condición sinequa nom para mejorar las situaciones
en esta área dentro del sistema capitalista. Y entendiendo que
en Venezuela lo concerniente a la salud, la seguridad y el medio
ambiente de trabajo ya es
un
problema
de
salud
pública, con un alto índice
de afectación a la población laboral activa.
También asumimos que
sólo dejando a un lado el sistema capitalista y avanzando en la
construcción de un nuevo modelo productivo, social, cultural y
económico, es que avanzaremos realmente en la solución de una gran
cantidad de problemas sociales, entre ellos el concerniente a la
salud, la seguridad y el medio ambiente de trabajo. Pero para lograr
dar este paso adelante, necesitamos que la sociedad en su conjunto
asuma su papel protagónico y consciente, empoderándose de todas las
herramientas necesarias para alcanzar esta meta. Pero mientras estos
cambios se den, debemos trabajar de manera conjunta todos los
factores involucrados para mitigar los riesgos, los accidentes y las
enfermedades laborales en el país.
Fuentes Consultadas:
Promoción
del envejecimiento activo en el trabajo. Ilmarimem J. 2009.
Estados
Unidos:
con
la
crisis,
el
paro
estalla…
entre
los
mayores
de
65
años.
http://www.humanite-en-espanol.com/spip.php?article174
Crisis
económica y empleo las lecciones que dejan las repuestas en América
Latina y el Caribe. OIT 2009.
Francia
deroga
el
artículo
del
código
penal
que
definía
el
delito
de
acoso
sexual
en
el
trabajo.
Instituto
Sindical
de
Trabajo,
Ambiente
y
Salud.
http://www.istas.net/web/abretexto.asp?idtexto=3724
La
inserción Sociolaboral: Reflexiones Sobre La Práctica. Editorial
Popular 2001.Bastidas A. y otros autores.
Investigación
Cualitativa y subjetividad. González Rey F.
Delegado
de Prevención Lopcymat y Derecho en Salud de los Trabajadores.
Marrero. R. Editorial Panapo. 2010.
Comentarios