Formar y Comunicar en Salud y Seguridad Laboral Una Tarea Indispensable Para Disminuir el Alto Índice de Accidentes y Las Enfermedades Laborales.
Por:
Ronald Marrero.
En Venezuela, a pesar de los grandes
logros y avances que ha tenido la salud y la seguridad laboral con
la reforma de la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio
Ambiente de Trabajo (LOPCYMAT) y el nacimiento del Instituto Nacional
de Prevención, Salud y Seguridad Laborales (INPSASEL), sigue
existiendo una realidad irrefutable que nos impacta de manera
cotidiana y es el desconocimiento de los trabajadores y trabajadoras,
de los riesgos ocupacionales a los que están expuestos en su lugar
de trabajo, así como las causas que los originan, las consecuencias
que generan y sus formas de prevención y control.
Esto sucede, aunque a nivel jurídico
en el país hay una amplia normativa que obliga a los empleadores
(as), tanto públicos como privados a informar de los riesgos
laborales y más aún a formar a los trabajadores (as) en materia de
prevención, salud, seguridad y medio ambiente de trabajo. La
jurisprudencia a la que hacemos referencia y que obliga a los
empleadores a dar formación y notificar los riesgos a los
trabajadores es la siguiente, el convenio 155 que firmó la nación
con la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que tiene rango
constitucional, además de los artículos 53, 56, 58, de la Lopcymat,
sumados a los artículos 12 y 82 del Reglamento Parcial de la
Lopcymat, además del capítulo 3 de la Norma Técnica 01-2008 del
INPSASEL y el artículo 862 del Reglamento de las Condiciones de
Higiene y Seguridad en el Trabajo.
Como se puede ver es bastante amplio
el marco jurídico, que obliga a informar y a formar a los
trabajadores (as) en materia de salud y seguridad laboral, sin
embargo esto realmente no se cumple en los centros de trabajo a menos
que los mismos sean visitados por el INPSASEL y este organismo lo
exija a través de ordenamientos legales y con la amenaza de
implementar la parte punitiva de la ley, si los empleadores no
cumplen con los mandatos que emana la institución.

Ahora bien, si es cierto que esto no
sucede siempre ya que hay profesionales muy capaces y muy bien
formados en el área que dan lo mejor de sí, para dar un buen
servicio y para salvaguardar la salud, la seguridad y la vida de los
trabajadores, también es cierto que hay muchos servicios técnicos y
asesores a los que sólo les interesa el dinero y profesionalmente no
tienen las condiciones para ofrecer un buen trabajo en la materia.
Sin embargo, a pesar de esta realidad comentada en el párrafo
anterior, es irrefutable que para poder proteger de forma eficaz la
integridad física y mental de los trabajadores (as) y además
garantizar unas condiciones óptimas de salud, seguridad y medio
ambiente en los puestos de trabajo, es necesario la organización y
generación de una serie de herramientas formativas e informativas,
que permitan al trabajador (a) reconocer y determinar la existencia
de los riesgos laborales, además darle una valoración adecuada a
los mismos y que esa formación les permita también tomar las
medidas a adoptar, para eliminar los riesgos si es posible y si no
reducirlos al mínimo.
Es por este motivo, que surge la
necesidad del estudio de otros aspectos en el campo de la prevención
de la salud laboral, aspectos que se deben centrar por un lado en la
mejora de la organización del trabajo y la buena supervisón y por
otro en la participación activa y protagónica de los trabajadores
en el proceso de la salud, la seguridad y el medio ambiente de
trabajo para que el mismo sea más eficaz y a la vez más eficiente.
Debemos recordar que la salud laboral en
Venezuela, es un problema de salud pública donde las últimas cifras
publicadas en el año 2006, hablan de un promedio de 449501,
accidentes laborales por año, con un saldo de 43125 personas
discapacitadas de manera temporal o permanente en un año y 2344
muertes ocasionadas por accidentes y enfermedades laborales en un
año. Para ratificar más lo expuesto podemos citar también los
datos del anuario del año 2006 del Ministerio Popular Para La Salud,
donde se informa que los accidentes laborales “constituyen la
cuarta causa de muerte en el país si se ubican dentro de los
accidentes en general”2.
Lo que deja ver la enorme problemática a la que nos referimos en
este artículo.
Ahora bien, podemos asumir que la
falta de formación de los trabajadores, o simplemente el
desconocimiento de la necesidad de impulsar y mantener una cultura de
prevención y seguridad por parte de los empleadores, que ayude a
eliminar o en su defecto minimizar los riesgos laborales, acrecenta
la situación comentada arriba, situación que afecta de manera
negativa, al trabajador, al empleador, al Estado y la sociedad.
Decimos que el
accidente y la enfermedad laboral afectan a la sociedad en su
conjunto, dado que al analizar las consecuencias de una accidente de
trabajo vemos el nivel de afectación que tiene el mismo enorme,
entre ellos podemos nombrar las siguientes consecuencias para el
empleador, pérdidas a nivel de producción, pérdidas a nivel
maquinarias y equipos, pérdida por reparación y cambio de equipos y
entrenamiento del nuevo personal, pérdidas por gastos jurídicos y
médicos, entre otros, como consecuencias para el trabajador podemos
citar, lesión que puede ser temporal o permanente y en el peor de
los casos la muerte, pérdidas económicas, desorden y estrés
familiar, altos niveles de depresión, para el Estado enormes gastos
a nivel médico, cobertura del seguro social, gastos por diferentes
niveles de asistencia al trabajador y su familia y para la sociedad,
problemas de violencia, poca producción, niveles de depresión y
falta de producción por estrés psicológico, en el entorno de la
persona accidentada o que posee una enfermedad laboral. 3
Toda esta problemática, puede
minimizarse con un programa de formación y comunicación en el tema
de prevención de riesgos en salud y seguridad laboral, que avance
hacia la consolidación de una cultura de prevención de accidentes y
enfermedades laborales en las empresas y centros de trabajo. Para
lograr esto, se necesita formar liderazgo participativo y protagónico
de los trabajadores en esta materia, a su vez deben participar e
intervenir los empresarios y el estado, para lograr la implementación
de esta política preventiva en salud y seguridad laboral a través
de todos los actores que intervienen en ella, es decir debemos
impulsar una política de salud pública que de respuesta a esta
situación. Pero inevitablemente el papel preponderante en estos
cambios radica en los trabajadores.
Marco Marchioni
lo plantea de la siguiente manera, “Está claro que solamente una
política social que apunte claramente a la prevención puede ser no
asistencial, porque la prevención teóricamente apunta a las causas
de los problemas y no a las consecuencias.... y nunca se podrá
realizar un verdadero cambio sin la participación de las personas
interesadas”4.
Entonces queda claro que no habrá un cambio en materia de prevención
en salud y seguridad laboral, sin la participación activa y
portagónica de los trabajadores y trabajadoras.
Ahora bien abordar estos aspectos de
participación y acción de los trabajadores y trabajadoras en el más
amplio sentido, significa ubicar la labor promocional, de formación
y preventiva en un plano donde los trabajadores dejen de ser sujetos
pasivos y se conviertan en sujetos activos capaces de controlar,
vigilar y regular las condiciones de riesgo a las que están
expuestos en sus lugares de trabajo y más aún que a través de su
organización y movilización, obliguen a las autoridades a generar
una política amplia de prevención en materia de salud y seguridad
en el trabajo, que impacte todos los ámbitos de nuestra sociedad.
Para esto se debe impulsar un
proceso inmediato de formación y aprendizaje en esta materia,
entendiendo claro está que todo proceso de enseñanza-aprendizaje
implica un proceso de comunicación entre los actores que se
involucran en el mismo. De los modos como se asuman dichos procesos
dependerá la construcción del conocimiento y del aprendizaje que se
generen en los trabajadores y trabajadoras. Si las personas
involucradas en el problema participan y se hacen protagonistas de
los cambios que se necesitan cambiara la situación, es decir, se
trata de motivar, de convocar a los trabajadores para que generen
soluciones y propuestas para mejorar los procesos de salud trabajo.
Ahora bien, los trabajadores (as)
luego de recibir la formación necesaria en materia de salud y
seguridad laboral tendrán las ventajas y los recursos necesarios
para tomar decisiones a favor del bienestar de ellos y de sus
compañeros de labores, debido a que en sus manos ya tienen el
conocimiento y de esta manera pueden prevenir enfermedades y
accidentes laborales, mejorar su calidad de vida y su medio ambiente
de trabajo y lo que es mejor, pueden ser los portavoz y futuros
promotores de programas formativos que multipliquen los esfuerzos de
prevención en la materia.
El investigador
ecuatoriano Oscar Betancourt (1995), afirma que “el principal
objetivo de la educación y capacitación es ofrecer a la población
trabajadora algunos elementos para que pueda alcanzar la salud
mediante la participación activa en todos los niveles. La educación
sanitaria comienza por el interés de los trabajadores por el
mejoramiento de las condiciones de vida y esta dirigida a elevar el
nivel de conciencia y participación autárquica para la
transformación de las condiciones de vida, trabajo y salud de ellos
y sus familias”.5
Para el investigador arriba citado,
la educación y la capacitación permanente en salud de los
trabajadores debe dirigirse a amplios sectores de la sociedad, entre
ellos nombra:
- A todos los niveles de la enseñanza.
- A todos los que trabajen en el área de salud.
- A los trabajadores y trabajadoras.
- A los sectores que trabajan directamente en el tema de salud y seguridad laboral.
- A los políticos, sindicalistas, delegados de prevención, entre otros.
Por esto es de enorme importancia el
desarrollo y la creación de campañas comunicacionales y formativas,
que promuevan una cultura de prevención en materia de salud y
seguridad en el trabajo que ayuden a minimizar el alto índice de
accidentes y enfermedades laborales que hay en el país.
La combinación de la comunicación con la formación en salud y la
seguridad laboral implica el uso de herramientas comunicacionales y
tecnológicas como lo son la televisión, la radio, la prensa, los
panfletos, las herramientas
multimedia, entre otras, con la finalidad
de difundir la información sobre salud, seguridad, medio ambiente de
trabajo y calidad de vida, al mayor universo de trabajadores y
trabajadoras, en pro del avance de la prevención y de la toma de
conciencia en este tema. En Palabras de García y Carreras, “La
educación para la salud es toda actividad libremente elegida que
participa en un aprendizaje de la salud o de la enfermedad, es decir,
es un cambio relativamente permanente de las disposiciones o las
capacidades del sujeto. Una educación para la salud, eficaz, puede
así producir cambios a nivel de los conocimientos, de la comprensión
o de las maneras de pensar, puede influenciar o clarificar los
valores; puede determinar cambios de actitudes y de creencias; puede
facilitar la adquisición de competencias; incluso puede producir
cambios de comportamiento o de modos de vida...La educación para la
salud es un proceso planificado y sistemático de comunicación y de
enseñanza aprendizaje orientado a hacer fácil la adquisición,
elección y mantenimiento de las prácticas saludables y hacer
difíciles las prácticas de riesgo”

Por ésto es de suma importancia,
que se entienda y se promueva la comunión que debe existir entre
los procedimientos de formación, de comunicación y las políticas
de prevención, poniendo como principal protagonista de estos
procesos a los trabajadores y trabajadoras, para que los mismos sean
los garantes de los cambios que se necesitan, como principales
protagonistas y afectados en este tema.
Sólo a través de la formación,
organización, la participación protagónica y activa de los
trabajadores y trabajadoras, cambiara la situación de la salud
laboral en el país, la puesta en marcha de campañas
comunicacionales y formativas para ayudar a minimizar los riesgos
ocupacionales, es y debe ser una tarea de todos los trabajadores pero
en especial de los delegados (as) de prevención, desde el mismo
momento que como trabajadores tomemos conciencia de esto y promovamos
e impulsemos estos procesos formativos y comunicacionales,
comenzaremos a cambiar la realidad de la salud, la seguridad y el
medio ambiente laboral en el país.
1 Fuente. Cuadro estadístico del libro delegados de
prevención lopcymat y derecho en salud de los trabajadores. Marrero
R. 2011. Editorial Panapo.
2 Anuario del Ministerio Popular Para la Salud, año 2006.
3 Hacia un proceso de integración de las personas con
discapacidad en el mundo laboral en Venezuela. Marrero R. 2007.
4 Marchioni M. Planificación Social y Organización de la
Comunidad, Alternativas Avanzadas a la Crisis. Editorial Popular 2004
5 La salud y el trabajo: reflexiones teórico-metodológicas
monitoreo epidemiológico atención básica en salud. Centro de
Estudios y Asesoría en Salud (CEAS), 1995.
6 Educación para la salud: La apuesta por la calidad de vida.
Garcia A, Carreras J, Escarbajal A. Editorial Arán. Año 2000.
Anuario
del Ministerio Popular Para la Salud, año 2006,
3Hacia
un proceso de integración de las personas con discapacidad en el
mundo laboral en Venezuela. Marrero R. 2007.
4Marchioni
M. Planificación Social y Organización de la Comunidad,
Alternativas Avanzadas a la Crisis. Editorial Popular 2004
5La
salud y el trabajo: reflexiones teórico-metodológicas monitoreo
epidemiológico atención básica en salud. Centro de Estudios y
Asesoría en Salud (CEAS), 1995.
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